Había una vez una vaca qué soñaba con llegar a la luna. ¿Y qué hizo? Lo que ninguna vaca se había animado a hacer hasta entonces: Innovar. 
Sus amigas vacas miran el cielo ensayando respuestas a su incapacidad de volar, pero ella tomó la decisión de llegar más lejos, y fue la primera. Realmente anhelaba ese sueño, y se fijó una meta que parecía imposible. Todos los días hizo lo que debe hacer una vaca que quiere llegar así de alto.
Y saltó, y saltó, y saltó… desafiando sus límites. Sus habilidades eran cada día mejores y sus intentos cada vez más exitosos, hasta que ningún cerco pudo retenerla. Es verdad, ninguna vaca llegó nunca a la luna. Pero hoy no hay en el mundo ninguna otra vaca capaz de llegar tan alto y tan lejos con el impulso de sus cuatro patas. 

Incluso si no lo alcanzas, perseguir tu sueño con determinación, te hará llegar más alto que los demás.